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A Rush of Blood to the Head es el segundo álbum de estudio de la banda británica Coldplay. Lanzado el 26 de agosto de 2002 bajo el sello de la discográfica Parlophone, el álbum fue producido por la banda junto a Ken Nelson. El atentado del 11 de septiembre de 2001 influyó en el estado anímico de los miembros de la banda a la hora de componer canciones para el álbum, debido a que se produjo una semana antes de que comenzaran las sesiones de grabación.2 Las canciones de este álbum presentan un mayor uso de la guitarra y el piano que su predecesor, Parachutes. En 2003, fue ubicado en el puesto 473 en la lista de Los 500 mejores álbumes de todos los tiempos según la revista Rolling Stone.3 Se estima que vendió más de 13 millones de copias en todo el mundo.4
El álbum fue un gran éxito comercial, ubicándose en el puesto número uno en las listas de venta del Reino Unido y alcanzando el séptimo lugar en la lista de los veinte álbumes más vendidos del siglo XXI. La British Phonographic Industry otorgó a este álbum ocho discos de platino por haber vendido 2,6 millones de copias en Gran Bretaña y 13 millones a nivel internacional. De A Rush of Blood to the Head se extrajeron los sencillos "In My Place", "The Scientist", "Clocks" y "God Put a Smile Upon Your Face". El disco fue alabado por la crítica, que lo consideró mejor que Parachutes. Coldplay ganó por segunda vez consecutiva el premio Grammy a "mejor álbum de rock alternativo" en 2003 por A Rush of Blood to the Head y en 2004 "Clocks" ganó el premio a "grabación del año".
Coldplay consiguió cierta popularidad en Europa gracias al lanzamiento de su primer álbum, Parachutes, y por su sencillo "Yellow".
La banda empezó a grabar el álbum en Londres, una semana después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, y "sus conmovedoras canciones [...] llegaron a un público más amplio".2 6 Debido a que la banda nunca antes había estado en Londres, tuvieron problemas para concentrarse. Decidieron finalmente reubicarse en Liverpool, donde habían grabado algunas canciones para Parachutes. Una vez allí, el vocalista Chris Martin dijo que se obsesionaron con la grabación.
"In My Place" fue la primera canción que se grabó para el álbum. Coldplay la lanzó como sencillo principal de A Rush of Blood to the Head porque fue el tema que los hizo querer grabar un nuevo álbum tras "un extraño período en el que no sabíamos qué estábamos haciendo" tres meses después del inmediato éxito de Parachutes. Según Martin: "Sólo una cosa nos mantuvo en pie: el grabar 'In My Place'. Luego otras canciones fueron apareciendo". La banda escribió más de veinte canciones para el álbum. Una parte de este material, incluyendo "In My Place" y "Animals", fueron tocadas en vivo durante la gira de Parachutes.2 7 El título oficial del álbum fue dado a conocer por medio del sitio web oficial de Coldplay.
User Album Review
Perhaps unsurprisingly, Coldplay's new album A Rush Of Blood To The Head is a consolidated evolution from their comparatively naïve debut, Parachutes. The die-hard Coldplay fans looking for another Parachutes and the bloodthirsty critics who demand to see some progression will all walk away happy.
A Rush of Blood to the Head is inimitably Coldplay; Chris Martin's familiar vocals, the band's signature harmonies, strings and piano are all there but disarmingly there is a lot more to this album. It's undoubtedly the album we all expected but it's also smarter; more poetic, more mature.
"Politik", the album's opener makes for a driving, imposing start with Martin's distinctive vocals reverberating eerily above urgent piano chords. It's unusually dramatic for a band once dubbed by ex-Creation mogul Alan McGee as "Bedwetters". The second track, the first written post-Parachutes and sounding like a refugee from that album, is the grower "In My Place". It's a fantastic pop tune that justifies Coldplay's status as one of UK's most exciting bands.
The haunting, surprisingly cynical theme that originates in "Politik" is continued in "God Put A Smile Upon Your Face" which sees the band at full stretch, lyrically as well as musically. You can sense them pushing themselves to prove to the world that there is a lot more to Coldplay than chart friendly singles.
Then, mid-album, they let all their hard work go to waste with the insipid, vanilla tracks "The Scientist" and "Clocks". They pass you by and fail to raise even the smallest emotion. Daylight" and "A Whisper" find the band back at their best with epic, yet simple melancholic tunes. Here repetitive choruses and hypnotic, violin sounding guitars take the listener on an exciting journey that you wish wouldn't end.
Coldplay are a band very much in touch with their emotions, which frequently works in their favour. Martin's heartfelt, passionate vocals on the piano driven "Warning Sign" transform a song which in other hands could descend to the pathetic: "Come on in, I've got to tell you what a state I'm in...The truth is I miss you"
Despite a couple of weak moments this is asuperb album that might just capture your heart and your imagination. Don't struggle; enjoy a rush of blood to the head.
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